- La Biblia dice: Rociad, cielos, de arriba, y las nubes destilen la justicia; ábrase la tierra, y prodúzcanse la salvación y la justicia; háganse brotar juntamente. Yo Jehová lo he creado.
- ¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡el tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra; ¿Qué haces?; o tu obra: ¿No tienes nanos?
- ¡Ay del que dice al padre: ¿Por qué engendraste? y a la mujer: ¿Por qué diste a luz?!
- Así dice Jehová, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos.
- Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé.
- Oh mi Cristo, Tú anunciaste al mundo el Evangelio de la gracia, para propiciar que el entenebrecido corazón, sea santo en el día postrero y more eternamente con el bienaventurado.
- ¡Sí, ser santo! Este el glorioso fin que anhelamos.
- Porque no existe mayor plenitud,
- que la que emana de ser glorificados.
- Este es el gran anhelo, oh Cristo Jesús, de los siervos que en tu majestuoso nombre tienen ilimitada fe.
- La Biblia enseña: Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
- Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
- Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor, que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
- Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
- Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
- Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
- Oh Altísimo Señor Jesucristo, este impás de extrema templanza,
- nos sustentará en la Cristocéntrica fe.
- Y las incisivas asechanzas del maligno se sucedieron;
- pero nuestra fortaleza inexpugnable estaba en el prodigioso cielo,
- que escuchó el ferviente clamor,
- de nuestras alabanzas.
- Oh Cordero inmolado,
- de tu abominable sacrificio testificamos hasta lo último de la tierra,
- para que nadie desconozca lo que sucedió en la cruz del Calvario,
- porque a la gloriosa redención de toda la humanidad representa.
- Oh Fiel y Verdadero,
- no hubo pasaje bíblico de tu ministerio público, en el que no desnudaras tu alma.
- Y es que, desde tu santuario eterno,
- a los que lo profanaron, derramaste profusa y nitidamente la Sagrada Palabra.
- Oh Rey de la gloria,
- el umbral de tu reino celestial, lo traspasarán los que han vivido en santidad.
- Porque, oh gran Yo Soy, coronarás en victoria,
- al que, sin dobleces, haya puesto por obra la única y perfecta verdad.
- Paz de Cristo
viernes, 21 de julio de 2023
EL PROFANO PIENSA EMULARTE CON SU EXIGUA FUERZA, OH CRISTO
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