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viernes, 14 de julio de 2023

LOS COBARDES NO ENTRARÁN EN TU REINO, OH CRISTO

  • La Biblia dice: Y prendiéndole, le llevaron, y le condujeron a casa del sumo sacerdote. Y Pedro le seguía de lejos.
  • Y habiendo ellos encendido fuego en medio del patio, se sentaron alrededor; y Pedro se sentó también entre ellos.
  • Pero una criada, al verle sentado al fuego, se fijo en él, y dijo: También éste estaba con él. 
  • Pero el lo negó, diciendo: Mujer no lo conozco.
  • Un poco después, viéndole otro, dijo: Tú también eres de ellos. Y Pedro dijo: Hombre, no lo soy. 
  • Como una hora después, otro afirmaba, diciendo: Verdaderamente también éste estaba con él, porque es galileo.
  • Y Pedro dijo: Hombre, no sé lo que dices. Y enseguida, mientras él todavía hablaba el gallo cantó.
  • Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces.
  • Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.
  • Oh mi Cristo, todos nos quedamos perplejos, 
  • ante lo que puedan ser, nuestros pusilánimes arrestos. 
  • Y es que, una inexistente fe,
  • es la que nos puede abordar,
  • en un arredramiento tan cobarde y bochornoso.
  • Y podría ser hoy,
  • cuando seamos probados en tal afeo,
  • por no arrostrar lo que en ese momento te tocó. 
  • Habremos de tener sumo  cuidado, para no doblegarnos a las flagrantes dobleces;
  • porque será un estigma eternamente. 

  • La Biblia enseña, Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
  • Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
  • Y oí una gran voz del cielo que decia: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
  • Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
  • Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. 
  • Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 
  • El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
  • Pero los cobardes e incredulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. 
  • Es únicamente al gran Yo Soy, a quien tú amarás. 
  • Todos los profanos de este bendito plan se han desinhibido;
  • pero no falta para su celoso cumplimiento, ninguno de  tus siervos consagrados. 
  • Y todos a tus pies, oh Señor, con  quebrantamiento de espíritu se postraron.
  • Y todos prorrumpian con alabanzas Cristocéntricas,
  • al gran Dios que nos sanó con su sagrada herida.
  • Y, oh Eterno, los que en tu santo nombre cremos, tenemos la gran esperanza, de que moraremos en tu glorioso y celestial designio;
  • porque para siempre es tu misericordia. 

  • Oh Cristo Jesús, 
  • desde Génesis hasta Apocalipsis, Tú eres el Omnipotente que has consumado con tu prescencia la obra perfecta. 
  • Y es que, solo en tu gloria, alcanzaremos la plenitud,
  • que nuestra alma anhela.

  • Oh Alto y Sublime, 
  • Tú nos has preservado de todo mal.
  • Y porque la gracia, nuestra vida define,
  • no has hecho percibir la fe sobrenatural. 

  • Oh Fiel y Verdadero, 
  • la fe en tu majestuoso nombre, nos asignará la corona del día postrero;
  • porque hemos creido en el único Dios, que es el Santo de Israel, el Hijo del Hombre.
  •                  Paz de Cristo 

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