- Con mi voz clamaré a Jehová; con mi voz pediré a Jehová misericordia.
- Delante de él expondré mi queja;
- delante de él manifestaré mi angustia.
- Oh mi Cristo, que sea tu excelsa gloria,
- la que me proteja,
- en esta obscura encrucijada.
- Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino que andaba me escondieron lazo.
- Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer; no tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida.
- Oh Santo,
- tu gracia me proveerá, en esta tempestuosa deriva.
- Clamé a ti, oh Jehová; dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes.
- Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido. Líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo.
- Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre; me rodearán los justos, porque tú me serás propicio.
- Oh Hijo del Hombre, sé mi escudo, contra los que me son maledicentes.
- Sustentame con tus eternos mimbres, oh Todopoderoso,
- para revestirme de tu celestial regocijo.
- Oh Cristo Jesús,
- adoleceríamos en nuestra mirada de opacidad,
- sin tu majestuosa luz;
- porque en ella está tu espiritual verdad.
- Oh Santo de Israel,
- nuestra alma es continuamente probada,
- para confrontar nuestra fe,
- con la impudicia mundana.
- Paz de Cristo
domingo, 23 de julio de 2023
SALMO 142:1,2 EN CRISTO
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