EL PARCO ENTENDIMIENTO DEL SER HUMANO, NUNCA ASUMIRÁ TU IMPERECEDERA MANIFESTACIÓN DE GLORIA, OH CRISTO

• La Biblia dice: Dios habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
• en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; 
• el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quién sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificacion de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
• hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.
• Oh mi Cristo, guárdanos de las espurias contiendas,
• que son diametralmente opuestas a la primorosa instrucción del Evangelio. 
• Porque las buenas nuevas de salvación eterna; no buscan, sino hacer para Cristo nuevas criaturas,
• en los más recónditos pueblos.
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• La Biblia enseña: Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.
• Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. 
• Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?
• Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberne oído.
• Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
• Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro sal fuera!
• Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.
• Oh Alfa y Omega, nada obra en contraposición a tu palabra dicha;
• porque de lo alto, oh Señor, provienen tus prodigiosas excelencias.
• Fe suma han de tener los sievos consagrados,
• para que tal milagro sea hecho por el Altísimo. 
• Y es que, sólo en la luz del bienaventurado, 
• se forja, 
• el perfecto cumplimiento del gran Yo Soy, que es el primero y el último, el principio y el fin. 
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• Oh Fiel y Verdadero, 
• en tus preceptos bíblicos, ha lugar la senda que propicia la santidad.
• Y será en el día postrero, 
• cuando la irrefutable justicia del Omnipotente, definirá tu condena o salvación por la eternidad. 
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• Oh Cristo Jesús, 
• la pureza del discípulo que invoca tu santo nombre, 
• decantará tu balanza hacia la tenebrosa obscuridad, o la radiante luz;
• porque el que decide, sin acepción de personas, es el Hijo del Hombre. 
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• Oh Eterno, 
• todo depende de tu arrepentimiento y humillación, para ser hacedor de la Sagrada Palabra. 
• Porque sólo abrirá la puerta del cielo, 
• el que al Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, con celo ferviente ama.
•              Paz de Cristo