CRISTO JESÚS, DIJO: MÁS BIENAVENTURADO ES DAR QUE RECIBIR

• Oh mi Cristo, 
• Tú derramaste tu preciosa sangre en la cruz del Calvario, para darnos vida eterna.
• Y después de tu muerte, sepultura y resurrección, recibimos poder el día de Pentecostés con la presencia del Santo Espíritu, 
• que es nuestra sagrada consolación. 
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• Oh Santo de Israel, 
• Tú nos has abierto el entendimiento para darnos eterna salvación. 
• Y no por otra cosa, sino por el don de la fe,
• vida sobrenatural concediste a nuestro ser con tu gloriosa redención.
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• Oh Fiel y Verdadero, a tus genuinos siervos, 
• desde antes de la fundación del mundo, los escogió tu excelsa diestra. 
• Y morada nos has hecho en los cielos, 
• para vivir regocijados en la gloria eterna.
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• Oh Rey de reyes, 
• dar testimonio a la humanidad del Evangelio de la gracia, con la predicación poética de los innumerables y solemnes mensajes, nos hacen ver que tus misericordias son nuevas cada mañana. 
• Y que, oh Alto y Sublime, de la grandiosa abundancia de tus favores,
• el precario entendimiento humano, no da valor a obra tan magna. 
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• Oh Alfa y Omega, en tu amor hemos encontrado la gloriosa victoria.
• Y porque estamos dispuestos a compartir lo que el Señor Jesús nos dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. 
• Nada nos será impedimento, para dar al gran Yo Soy toda la gloria.
• Y es que, al predicar con perseverancia su Sagrada Escritura, darás vida en el nombre de Jesús, a todo el que esté dispuesto a oír.
•                        Paz de Cristo