- La Biblia dice: No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
- Porque el pecado no se enseñorea de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
- Oh mi Cristo, Tú eres el autor de la vida;
- y en el bautismo morimos juntamente contigo, para vivir eternamente por tu excelsa diestra.
- La Biblia enseña: El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
- Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
- Oh Alfa y Omega, por tu gracia hemos sido escogidos,
- para en el día postrero ser bienaventurados.
- La Biblia asevera: Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.
- Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.
- Oh Cristo Jesús, a los que creemos en tu majestuoso nombre, nos es sobrevenida una gran deuda;
- y es que, no nos hemos reconocido siempre, oh Señor, en tu santísima verdad.
- Jesús, enseña: Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
- Oh Cordero inmolado, en tu abominable sacrificio de cruz, dijiste: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
- Oh Santo de Israel, tu sagrado perdón da resolución a todas nuestras pruebas;
- porque acrisoladas por tu misericordia, nuestras almas se purifican y fortalecen.
- Jesús, dijo: No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
- Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma vara que medís, os volverán a medir.
- Oh Soberano Redentor, del oprobio, por tu preciosa sangre derramada en el Calvario, fuimos tus genuinos siervos rescatados.
- Y ninguna asechanza del maligno será un estigma, en nuestro glorioso y santo vivir.
- Paz de Cristo
viernes, 13 de agosto de 2021
LA CARNE, OPROBIO EN CRISTO
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