- Oh mi Cristo, en la angostura del camino sentimos desfallecer.
- Y por el yermo desierto deambulamos sin norte.
- Tú eres la estrella resplandeciente de la mañana, oh Señor, que nos es radiante lumbrera para ver;
- porque tu nombre es nuestro glorioso horizonte.
- Oh Cristo Redentor, no ha existido ni existirá paso más angosto,
- que tu voluntario sacrificio en la cruz del Calvario por todos los pecadores.
- Y con la piedad de tu perdón majestuoso,
- sellaste de gracia a los que iban a ser tus genuinos adoradores.
- Oh Santo de Israel,
- cuando se rasgó de arriba abajo el velo del templo, nos ceñiste con el sagrado privilegio de entrar en el Lugar Santísimo.
- Y no ha lugar más fe,
- que postrarse con el corazón contrito y humillado a los pies del Altísimo.
- La Biblia dice: Mira la obra de Dios; porque ¿quién podrá enderezar lo que él torció?
- En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él.
- Oh Santo de Israel, a tu gloria nada ni nadie la estorbó;
- porque Tú eres el autor y consumador de la fe.
- Jesús, dijo: Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
- Así que, por sus frutos los conoceréis.
- Gloriaos siempre en la admirable luz del Fiel y Verdadero;
- porque en vuestra obscura ignominia nunca le encontraréis.
- Paz de Cristo
martes, 10 de agosto de 2021
PERSEVERAD HASTA EL FIN EN CRISTO
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