ROMANOS 12:2,3 EN CRISTO

• No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
• Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí del que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
• Oh mi Cristo, nada podemos hacer sin la bendición de tu excelsa diestra;
• y de gracia recibimos el socorro oportuno. 
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• Oh Cristo Redentor, 
• en el abyecto sacrificio de la cruz del Calvario, 
• te ceñiste, para redimir y justificar el pecado de la humanidad, las radiantes vestiduras de amor, 
• que guardan el olor fragante del eterno santuario. 
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• Oh Santo de Israel, 
• la opacidad en la mirada del ser humano, no le permitió ver tu majestuosa gloria. 
• Y es que, oh Cristo Jesús, cuando en tu crucifixión, dijiste: Consumado  es;
• para nuestra salvación,  borraste el pecado de la humana e ignominiosa memoria. 
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• Oh Sumo Alfarero, 
• el descreido vaso que moldeaste en tu sagrada rueda, no tuvo en cuenta su fragilidad. 
• Y será en el día postrero; 
• cuando al pesar su corazón, el fiel de la perfecta balanza le dará a conocer la única verdad.
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• Oh gran Yo Soy, imperativamente, dijiste: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
• El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. 
• Sí, en dar el grandioso paso de creer, se manifiesta la gloriosa coyuntura,
• que abre la puerta del sobrenatural cielo al bienaventurado. 
•                  Paz de Cristo