NUNCA ENCONTRAREMOS EN EL MUNDO TU GLORIA, OH CRISTO

• Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. 
• Oh mi Cristo, Tú nos diste ejemplo de como resistir al padre de mentira. 
• Oh Omnipotente Redentor, en la cruz del Calvario, dando tu vida por todos los pecadores, venciste a Satanás.
• Y nos revelaste el conocimiento de la verdad, ofrendándonos el Lugar Santísimo, como sagrada medida. 
• 
  
• La Biblia dice: ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. 
• ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?
• Oh Sumo Hacedor, nada mundano puede doblegar a los que son nuevas criaturas, al haber sido por el Santo Espíritu engendrados,
• para ser siervos de la gloria eternamente.
• 
  
• La Biblia enseña: Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará. 
• No habrá león, ni fiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos. 
• Oh Alto y Sublime, ninguna cosa inicua nos embaucará;
• y siempre estaremos a tu excelsa diestra asidos. 
• 
  
• Jesús, dijo: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 
• Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. 
• Oh Sumo Creador, nuestro gozo se supedita invariablemente a poderte amar;
• y así, en tu reino, oh Señor, con inmenso regocijo vivirá nuestra alma. 
• 
  
• Jesús, asevera: Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. 
• Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado. 
• Oh gran Yo Soy, tuyo será el infalible veredicto, 
• para el que vaya a condenación o sea bienaventurado. 
•                  Paz de Cristo