- Oh mi Cristo,
- asido estoy a tu excelsa diestra.
- Y es que, me guarda el Santo Espíritu,
- en una misión de poesía Cristocéntrica.
- Oh Sumo Alfarero,
- Tú me has moldeado en la sobrenatural rueda, para predicar poéticamente hasta lo último de la tierra.
- Y será en el día postrero,
- oh Señor, cuando reciba con temor y temblor tu recompensa.
- Oh Santo de Israel,
- concernido en tu manifestación de gloria, nunca me apoyaré en mi propia prudencia.
- Y no viviré por vista, sino por fe,
- que es la sublime sabiduría, oh Rey de la gloria, del don recibido de celestial excelencia.
- Oh Cristo Redentor,
- en la cruz del Calvario,
- dejaste la indeleble huella del sacrificio de tu inconmensurable amor,
- que nos ha dado el perfecto conocimiento del glorioso santuario.
- Oh Sumo Salvador,
- no tendré mi pensamiento, sino en tu excelsa verdad.
- Y, oh gran Yo Soy, por la gracia de tu loor,
- mi corazón emanará santidad.
- Paz de Cristo
lunes, 8 de noviembre de 2021
EN MI VIDA, NADIE PUEDE SUPLIRTE, OH CRISTO
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