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jueves, 18 de noviembre de 2021

VE SIEMPRE LA BENDICIÓN EN CRISTO

  • La Biblia dice: Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. 
  • Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto. 
  • Oh mi Cristo, al que invocare tu santo nombre nada le faltará;
  • porque sobre él, de gracia, has derramado el Santo Espíritu. 

  • La Biblia enfatiza: Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
  • Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. 
  • Oh Fiel y Verdadero, vosotros los genuinos siervos, de mí no os separaréis,
  • al estar siempre necesitados de mi bendición.

  • Jesús, enseña: Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.
  • Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. 
  • Oh Santo de Israel, de tu gloria, estos tus probos discípulos, indefectiblemente serán;
  • porque de tu santidad les concierne.

  • La Biblia confirma : Mas yo en ti confío, oh Jehová; digo: Tú eres mi Dios.
  • En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores. 
  • Oh Cristo Jesús, por tus indelebles huellas hemos sido guiados,
  • para ser, de tu linaje, erigidos vencedores. 

  • La Biblia constata: Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición. 
  • Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal, y sus labios no hablen engaño; apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala. 
  • Oh Soberano Redentor, en el abominable sacrificio de la cruz del Calvario, nos ofrendaste a todos los inmundos pecadores, el más sagrado y majestuoso perdón.
  • Y aun con el pronunciamiento de tu gloriosa verdad, las hordas que te escarnecían, siguieron postulándose en su perversión séptica. 
  •                       Paz de Cristo         

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