¡VIVID EL CULMEN ESPIRITUAL EN CRISTO!

• Jesús, dijo: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 
• Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. 
• Oh mi Cristo, dichosos los que pueden en tu nombre testificar;
• porque al que se humilla a tus benditos pies, revistes con el resplandor de tu gracia.
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• La Biblia dice: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 
• Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. 
• Oh Santo de Israel, Tú, del mundo eres la luz;
• y el que abre y ninguno  cierra, y cierra y ninguno abre.
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• Oh Soberano Redentor, 
• los clavos que horadaron tus pies y tus manos en la cruz del Calvario, te hirieron cruelmente con su profunda incisión; y fueron testigos de los latigazos que laceraron tu cuerpo exhausto.
• Y aún recibe del eterno santuario, la abyecta humanidad tu excelso amor.
• Y se continúa escuchando el eco de tu gloriosa frase, diciendo: Padre perdonales porque no saben lo que hacen. Éste es el universal perdón más mayestático.
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• Oh gran Yo Soy, 
• entender el eterno propósito de tu Sagrada Palabra, entraña para el ser humano la máxima dificultad. 
• Y es que, no ha asimilado que en el efímero hoy, 
• revierte de facto su salvación o condenación por la eternidad. 
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• Oh Alfa y Omega, 
• no existe mayor culmen espiritual, que ver tu santa faz, 
• para el que se salva.
• Porque el sumo galardón de tu siervo, oh Omnipotente Salvador, es morar contigo en la gloriosa eternidad. 
•                 Paz de Cristo