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jueves, 4 de noviembre de 2021

UN OIDO ESPIRITUAL, IMPRESCINDIBLE PARA ESCUCHAR LA POESÍA EN CRISTO

  • Oh mi Cristo, 
  • la predicación poética es para una inmensa minoría.
  • Conlleva interiorizar inexorablemente su audición, loando al Santo Espíritu,
  • para que manifieste su gloria, en el alma que en Él se gloría. 

  • Jesús, dijo: Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre, y pongo mi vida por las ovejas. 
  • También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. 
  • Oh Rey de reyes, de lo alto desciende tu don perfecto y tus dádivas gloriosas;
  • pero para asumir el conocimiento de su perfecta verdad, se necesita ferviente amor.

  • Jesús, constata: Como tú me enviaste al mundo, así yo les he enviado al mundo. 
  • Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. 
  • Oh Fiel y Verdadero, la prueba que entraña más dificultad, es adoctrinar al espíritu moribundo;
  • porque muestra con blasfemias su séptica obscuridad.

  • Jesús, enfatiza: Mas no ruego solamente por éstos, sino por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 
  • La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 
  • Oh Alto y Sublime, el Evangelio de la gracia, Tú nos predicaste;
  • y hasta lo último de la tierra, predicaremos, oh Señor, que Tú eres el principio y el fin, el primero y el último. 

  • Jesús, asevera: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. 
  • Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 
  • Oh Santo de Israel, sin amor a tu santísima verdad, nada consigo.
  • Y seguiré predicando poéticamente tu Sagrada Escritura, oh Rey de la gloria, con sumo gozo.
  •                    Paz de Cristo 

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