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martes, 30 de noviembre de 2021

NADIE JUSTIFICA TU PECADO, SINO EL SEÑOR JESUCRISTO

  • Oh Cordero Inmolado, 
  • con el escarnio y el vituperio de la chusma, sufriste en silencio los lacerantes latigazos; y por último el abominable martirio en la cruz del Calvario.
  • Pero Tú, oh Señor, sabiendo que la humanidad estaba inmersa en el abismo del pecado;
  • hiciste real su redención en tu glorioso santuario.

  • La Biblia dice: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 
  • Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. 
  • Oh mi Cristo, tu inmolación en la cruz del Calvario, nos mostró de forma palpable que indubitablemente habitas en la inaccesible luz.
  • Y, oh Rey de la gloria, nuestro corazón se postra a tus pies para eternamente adorarte.

  • La Biblia enseña: En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante el poder de Dios que le levantó de los muertos. 
  • Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. 
  • Y es que, por tu excelsa misericordia, de todos los pecados fuimos absueltos,
  • oh Cristo Jesús. 

  • La Biblia enfatiza: Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 
  • Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era debil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 
  • Y es que, con el nuevo pacto de la gracia nuestros pecados justificaste,
  • Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo. 

  • La Biblia constata: Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin la vida eterna. 
  • Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. 
  • Oh Alfa y Omega, 
  • tus siervos bienaventurados, moraremos contigo para siempre en el paraíso eterno. 
  •                    Paz de Cristo 

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