- Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones.
- No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón; porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo.
- Oh mi Cristo, de gracia hemos recibido tus bendiciones,
- que descienden del santuario eterno.
- La Biblia dice: Tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante.
- Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos.
- Oh Fiel y Verdadero, al que ante la vereda angosta se muestra equidistante;
- disuádelo, para que no sea tropezadero, como lo fueron sus ancestros e inveraces fariseos.
- Oh Santo de Israel,
- en tu ministerio público fuiste tentado en todo, pero no incurriste nunca en pecado.
- Y por ser prerrogativa insoslayable el don de la fe;
- no por otra causa, sino por tu gran misericordia, oh Señor, al que es tu irreprensible hijo se lo has ofrendado.
- Oh Rey de reyes,
- nadie puede decir que será de la Iglesia, que en el día postrero vas a arrebatar.
- Pero si a los bíblicos mandamientos, de todo tu corazón celosamente obedeces;
- en el glorioso y único rapto de la Iglesia del Omnipotente Señor, estarás; y así lo puedes asegurar.
- Oh Alfa y Omega,
- la duda más cierta que nos asalta, es si a la voluntad del alma hemos doblegado; y no nos hemos negado a nosotros mismos, para hacer tu majestuosa voluntad.
- Porque tus siervos hemos exhortado a la humanidad acerca de tu fiel promesa;
- ¿pero sin haber resistido hasta la sangre, nos hemos concernido por amor de tu santo nombre, oh Altísimo Señor Jesucristo, en el inexorable cumplimiento de la verdad?
- Paz de Cristo
martes, 23 de noviembre de 2021
PROVERBIOS 4: 20-23 EN CRISTO
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