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sábado, 6 de noviembre de 2021

JUAN 3:12,13 EN CRISTO

  • Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?
  • Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo: el Hijo del Hombre, que está en el cielo.
  • Oh mi Cristo, todas las bendiciones que nos has dado; tanto, los materiales como las sobrenaturales,
  • las estamos desvirtuando por nuestro exiguo conocimiento.

  • La Biblia dice; Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. 
  • Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
  • Oh Alto y Sublime, en tu gracia, nuestra alma de todo mal está blindada;
  • porque al tenebroso abismo, oh Señor, tu admirable luz transforma.

  • La Biblia enseña: Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
  • Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. 
  • Oh Soberano Redentor, tu abominable sacrificio en la cruz del Calvario, lo padeciste rodeado de la horda más abyecta,
  • que te vituperaba y escarnecía.

  • La Biblia enfatiza: Al dar peso al viento, y poner las aguas por medida; cuando él dio ley a la lluvia, y camino al relámpago de los truenos, entonces la veía él, y la manifestaba; la preparó y la descubrió también. 
  • Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal la inteligencia. 
  • Oh Alfa y Omega, Tú verdad es eternamente fiel; 
  • y de celestial valor su santísima esencia.

  • Jesús, asevera: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. 
  • Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis. 
  • Y celosamente habréis de guardaros en la excelsa diestra del hedor nauseabundo;
  • y en su morada de eterna gloria, siempre estaréis. 
  •                     Paz de Cristo 

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