- Oh mi Cristo,
- nuestras acciones han de ser consubstanciales a tu gloriosa solemnidad.
- Y es que, con la unción del Santo Espíritu,
- profesaremos siempre la única verdad.
- Oh Santo de Israel,
- guárdame de la obscura y perniciosa deriva que es la codicia;
- y te seré fiel,
- dejando al margen toda estulticia.
- Oh Soberano Redentor,
- el ejemplo más ferviente de piedad y abnegación por toda la humanidad fue tu inmolación en la cruz del Calvario.
- Y vimos tu gloria, oh Rey de reyes, con el grandioso amor,
- que derramaste desde el eterno santuario.
- Oh Fiel y Verdadero, la sabiduría de lo alto que nos viene dada por tu Sagrada Palabra,
- no coincide en absoluto con nuestra recurrente in solemnidad.
- Ata, oh Señor, todos los flecos sueltos del alma,
- para regocijarnos en la irreprensible santidad.
- Oh Hijo del Hombre,
- mi anhelo es llegar a la estatura del varón perfecto.
- Y me asiré a tu gracia inconmensurable,
- para morar en la nueva Jerusalén del glorioso firmamento.
- Paz de Cristo
viernes, 26 de noviembre de 2021
RESUELVE CON SOLEMNIDAD EN CRISTO
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