Powered By Blogger

domingo, 21 de noviembre de 2021

QUEDA DISIPADA TODA DUDA SOBRE LA NECEDAD HUMANA, OH CRISTO

  • Oh mi Cristo, 
  • por amor de tu nombre, ha lugar la humanidad. 
  • Pero por contristar impúdicamente al Santo Espíritu, 
  • todo en el ser humano, está supeditado a la apariencia de la gloriosa verdad. 

  • La Biblia dice: ¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos. 
  • El hombre necio no sabe, y el insensato no entiende esto.
  • Oh Alto y Sublime, los prodigios de tus misteriosos cielos, 
  • para la fatuidad del ser humano, son un encriptado misterio.

  • La Biblia enseña: Por tanto el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado; por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente. 
  • Y se quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo. 
  • Oh Fiel y Verdadero, el propósito de tu Sagrada Palabra es preexistente; 
  • y solo le es revelado, al que lo recibe con sumo gozo.

  • La Biblia constata: Porque mi pueblo es necio, no me conocieron; son hijos ignorantes y no son entendidos; sabios para hacer el mal, pero hacer el bien no supieron. 
  • Miré a la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz.
  • Oh Altísimo Redentor, no fueron consubstanciales a tu fidelidad; no entendieron.
  • Y es que, habrían de saber, oh Señor, que únicamente, en tu santo nombre, hay sobrenatural plenitud.

  • La Biblia asevera: Aunque digan: Vive Jehová, juran falsamente.
  • Oh Jehová, ¿no miran tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, y no quisieron recibir corrección; endurecieron sus rostros más que las piedras, no quisieron convertirse.
  • No les corrigió tu magnificencia, oh Señor Omnipotente.
  • Y se endureció su corazón, ante tu excelsa diestra; para en su obscura perversidad, de nuevo rebelarse. 
  •                     Paz de Cristo 

No hay comentarios:

Publicar un comentario