- Oh mi Cristo,
- Tú has suplido todas nuestras necesidades humanas, ofrendándonos tu perfecto e inconmensurable amor.
- Y derramado es por la presencia del Santo Espíritu,
- del que recibimos por gracia, su sobrenatural e inefable candor.
- Oh Soberano Redentor,
- es en tu sacrificio de la cruz del Calvario,
- donde nos diste la máxima provisión de amor,
- para guardarnos en el glorioso y eterno santuario.
- Oh Santo de Israel,
- tu muerte, sepultura y resurrección redimieron y justificaron todos los pecados de la abyecta humanidad.
- Y no es, sino por la justicia de la fe,
- oh Señor, por lo que seremos libres en tu santísima verdad.
- Oh Sumo Alfarero,
- en tu rueda sagrada, se agolpan para ser restaurados los vasos rotos.
- Y será salvos en el día postrero,
- los que escogió tu excelsa diestra; y han sido hechos por la Palabra, para toda buena obra siervos perfectos.
- Oh Sumo Hacedor,
- no existe nada más allá del amor; porque el amor es eterno.
- Y es que, Dios es amor,
- según lo asevera el Sagrado Testamento.
- Paz de Cristo
viernes, 3 de septiembre de 2021
¡AMAD EN EL AMOR DE CRISTO!
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