- Oh mi Cristo,
- en la cruz del Calvario hiciste manifiesto el inconmensurable amor por la séptica humanidad.
- Tu denodada búsqueda por el que estaba perdido,
- ha sido crucial en su quebrantamiento a tus gloriosos pies, para llegar al conocimiento de la verdad.
- Oh Santo de Israel,
- a través de tu ministerio público, vas abriendo una senda sagrada que nos liberta de toda impiedad.
- No en vano, Tú eres, oh Señor, el autor y consumador de la fe,
- que provee nuestra disoluta vida de los mimbres de santidad.
- La mayor gloria para el errático ser humano,
- fue tu visitación, oh Altísimo Señor y Salvador Jesucristo.
- Estábamos en el obscurantismo de un ancestral fango;
- y Tú, oh Rey de reyes, nos ofrendaste la majestuosa libertad del Santo Espíritu.
- Oh Eterno,
- Tú eres el Alto y Sublime que habita la eternidad.
- Oh Fiel y Verdadero,
- eleva un palmo nuestra estatura, para que por gracia revistamos nuestra alma de sobrenatural espiritualidad.
- Oh Sumo Alfarero,
- nuestra deuda al moldear con tu linaje un nuevo vaso de eterna salvación, es de tal transcendencia que jamás te la podremos pagar.
- Pero anhelamos ver tu faz en el día postrero,
- para en el paraíso poderte eternamente loar.
- Paz de Cristo
domingo, 12 de septiembre de 2021
NUNCA HUBO REPROCHES EN CRISTO
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