- Oh mi Cristo, en el devenir de toda vicisitud vivida; no puede existir ningún momento,
- en el que no te haya profesado adoración.
- Porque el no haber adorado al Fudamento,
- hubiera sido la más fatua equivocación.
- Oh Santo de Israel,
- al no adorar con persistencia a tu nombre, nada tiene valor.
- Y es que, en la justicia que es por fe,
- es donde te sirve con denuedo tu genuino adorador.
- En el Calvario,
- se dieron las dos partes antagónicas de tu nombre: adorador y calumniador.
- Y diste gloria, por amor de tu nombre, al adorador del eterno santuario,
- oh Sumo Redentor.
- Si sirves al Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo,
- ha de ser ineludible en su adoración: negarte a ti mismo, y dar tu vida por Él.
- Y has de ser consubstancial a la verdad del Santo Espíritu;
- porque tú no ves por vista, sino por fe.
- Jesús, dijo: Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adoran al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
- Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
- Oh Alfa y Omega, los perfectos adoradores, son los que en tu presencia la gloria sienten;
- y los que hasta el fin, oh Señor, en tu adoración perseveren.
- Paz de Cristo
sábado, 4 de septiembre de 2021
EL VERDADERO SIERVO, TE PROFESA SOBRENATURAL ADORACIÓN, OH CRISTO
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