- Oh mi Cristo,
- un eco sagrado sigue propagando tu majestuoso perdón hasta los confines del universo.
- Y ante la revelada gracia del Santo Espíritu,
- tus verdaderos siervos te adorararon, oh Señor, inclinando su cerviz con el cuerpo genuflexo.
- Oh Soberano Redentor,
- estoy en el haber del maligno al eludir sin reservas la piedad del perdón.
- Y en la cruz del Calvario, oh Rey de reyes y Señor de señores, fue tan excelso tu amor,
- que a los execrables escarnecedores los obvió tu corazón.
- Jesús, dijo: Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
- Tu perdón obra en el debe de Cristo Jesús.
- Sí, porque al corazón contrito y humillado Tú, oh Señor, no despreciarás.
- Y es que, oh Rey de la gloria, Tú viniste a por los perdidos, para transformarlos en hijos de luz.
- Jesús, asevera: No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
- Dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
- Oh Alfa y Omega, del Evangelio de la gracia, somos tenazmente tus heraldos;
- porque nuestro vivificante corazón, oh Santo de Israel, por tu glorioso perdón puede aún latir.
- Oh Sumo Creador,
- la mayor carga se desvanece, cuando pides perdón al ofendido.
- Porque perfecto es el vínculo del amor;
- al sentirse el ultrajado, por la gracia de Dios bendecido.
- Paz de Cristo
sábado, 18 de septiembre de 2021
DESDE LA CRUZ NOS OFRENDASTE EL MAJESTUOSO PERDÓN, OH CRISTO
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