- Oh mi Cristo,
- en la cruz del Calvario; y frente a tanta ignominia, consumaste el nuevo pacto de la gracia.
- Y es que, la redención y justificación de los viles pecadores de toda la humanidad, se hace constar en el Sagrado Escrito,
- y fue hecha de facto por tu majestuosa sangre derramada.
- Oh Sumo Redentor,
- de tal abominación fue tu muerte, y muerte de cruz;
- que para el que no tiene fe, le es imposible entender tanta humillación por amor.
- Y es que, la ceguera espiritual, oh Señor, al profano le somete a la tenebrosa obscuridad, antítesis de tu admirable luz.
- Oh Santo de Israel,
- en tu ministerio público, de tus sobrenaturales milagros, la chusma hizo desdén con escarnio.
- Y al no estar concernidos por el don de la fe;
- no reconocieron, por su inexistente espiritualidad, que Jesús, era, es y será por los siglos: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
- Oh Cordero inmolado,
- tu venciste con tu muerte al imperio de la muerte.
- Y clavaste las actas que nos inculpaban en la cruz del Calvario;
- exhibiendo los despojos de principados y potestades públicamente.
- Oh Soberano Señor y Salvador Jesucristo,
- como dice la Escritura: Destruid este templo, y en tres días lo reconstruiré.
- Y también: Yo soy el que estuve muerto, y ahora vivo.
- Y tú eres templo del Espíritu Santo, por el don de la fe.
- Paz de Cristo
martes, 7 de septiembre de 2021
Y EN LA CRUZ DEL CALVARIO, CONSUMASTE LA MAYOR OBRA, OH CRISTO
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