LA PERCEPCIÓN SOBRENATURAL, DISTINCIÓN DE TU GENUINO SIERVO, OH CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• predicar tu Sagrada Palabra es el mayor honor que le puede acontecer al ser humano. 
• Y es que, a toda verdad te lleva el Santo Espíritu;
• y esta es la percepción sobrenatural, con la que el Omnipotente ha hecho distinción al genuino siervo, para dar a conocer celosamente su Evangelio a lo mundano.
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• Oh Alto y Sublime, 
• Tú, que habitas la eternidad; sabes muy bien, quien toma el nombre de Dios en vano. 
• Y porque, oh Rey de reyes, Tú, que del alma conoces lo que es un pecado  imperceptible; 
• sabes de tus discípulos, cual es el que da testimonio de tu nombre en el mundo, y el que es hipócrita y falsario.
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• Oh Santo de Israel, 
• la misión de predicar poéticamente tu Sagrada Escritura hasta lo último de la tierra; Tú, oh Señor, se la has asignado a siervos que perseverarán hasta el final en su cumplimiento.
• Oh gran Yo Soy, a los siervos que inmerecidamente has escogido, nos has dado de forma exponencial el don de la fe.
• Y en tu reino nos movemos hoy; dando a conocer lo espiritual de lo espiritual al corazón del mundo profano, que por vivir en su petreo obscurantismo blasfema sin impedimento.
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• Oh Sumo Redentor,
• después de resucitado, te presentaste a tus discípulos y les recriminaste su incredulidad. 
• Qué fe tan efímera habían interiorizado con tus solemnes enseñanzas y tus gloriosos milagros, oh Soberano Señor,
• para como la flor que se lleva el viento, se tornó marchita en sus atribulados corazones la verdad.
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• Oh Cristo Jesús, 
• en el Sagrado Escrito a los bautizados en el nombre que es sobre todo nombre, dice: Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. 
• Y serán dignos e incorruptibles hijos de tu majestuosa luz;
• los que sepultaren el fingimiento, oh Rey de la gloria, para ser vestidos y aprobados por el vínculo perfecto del amor.
•                    Paz de Cristo