- Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.
- Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
- Oh mi Cristo, fuera de ti no seríamos hijos probos;
- guárdanos, para no pecar, en tu inexpugnable y gloriosa diestra.
- La Biblia dice: De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.
- Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos somos hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
- Oh Santo de Israel,
- a los que nos has revelado tu majestuoso nombre, hemos sido heraldos bendecidos.
- La Biblia enseña: ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
- Porque somos bautizados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos para la gloria del Padre, así nosotros andemos en vida nueva.
- Oh Alto y Sublime,
- ¿quién sino Tú, nos llevará por la senda de gloria eterna?
- La Biblia constata: Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
- Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.
- Oh Sumo Redentor, porque he creido en tu muerte y resurrección he sido santificado;
- y por siempre bienaventurado.
- La Biblia enfatiza: Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe, a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
- Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
- Oh gran Yo Soy, por gracia seremos salvos.
- Y queda entendido que mejor es dar que recibir; si tienes el anhelo de ser santo.
- Paz de Cristo
martes, 7 de septiembre de 2021
TITO 3:3-7 EN CRISTO
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