- Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.
- Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
- Oh mi Cristo, de tu Evangelio de la gracia, aprendimos el sobrenatural conocimiento celestial.
- Y porque nada inmundo entrará en la gloria, oh Señor, preservaremos a nuestro corazón, de las vicisitudes ociosas.
- Oh Cristo Redentor,
- a tu corazón le embargó una inconmensurable pureza, en el abyecto ajusticiamiento de la cruz del Calvario.
- Y de tu excelso amor,
- da cuenta a todas las generaciones el eterno santuario.
- Oh Sumo Alfarero, Tú has moldeado en tu rueda,
- tanto a los vasos de honra, como a los de deshonra.
- Y en el transcendente milagro de tu excelsa diestra,
- harás un abismo de separación, para la condenación del inicuo cabrito, y la salvación de la aprobada oveja.
- Jesús, dijo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
- Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
- Oh Santo de Israel, haz con la Sagrada Palabra, que tu gloria sea nanifiesta en tus genuinos siervos;
- para ser incorruptiblemente guardados.
- Oh Soberano Salvador,
- nada nos ha de sustentar, sino tu anunciado Evangelio.
- Porque el que de sus versículos sea oidor, y también hacedor;
- no desmayará en su ferviente celo, por ser arrebatado con tu amada Iglesia; porque vivir contigo, oh Rey de la gloria, es el eterno privilegio.
- Paz de Cristo
viernes, 17 de septiembre de 2021
FILIPENSES 3:18-21 EN CRISTO
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