SÉ UN DISCÍPULO APROBADO EN CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• Tú no quieres, sino que tus discípulos sean aprobados por tu excelsa diestra. 
• Y que en el Santo Espíritu, 
• se vea cumplida, en cada uno de ellos, tu bíblica promesa. 
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• Jesús, dijo: Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
• Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir el sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos. 
• Oh Rey de reyes, toda la Sagrada Escritura nos será revelada en la búsqueda de tu rostro;
• porque la sabiduría es derramada por los cielos eternos.
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• La Biblia enseña: Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya fruto, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sea quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré con el Dios de mi salvación. 
• Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar. 
• Oh Alto y Sublime, como el aire que respiramos nos da vida; así estamos necesitados de tu majestuoso perdón;
• y es que, en tu glorioso nombre confiamos, oh Señor, por ser el único que nos puede salvar.
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• La Biblia asevera: Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 
• Por  lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni angeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. 
• Oh Cristo Redentor, tu sacrificio en la cruz del Calvario, de la esclavitud del pecado nos redimió.
• Y de gracia, tu preciosa sangre derramada, nos lavó de todo lo inmundo, para traspasar el umbral del cielo. 
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• La Biblia enfatiza: Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. 
• Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. 
• Oh Sumo Salvador, consubstanciales somos tus verdaderos discípulos a tu santidad.
• Y porque tenemos la mente de Cristo, somos heraldos de la piedad. 
•                    Paz de Cristo