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sábado, 29 de enero de 2022

APOCALIPSIS 1:7,8 EN CRISTO

  • He aquí que viene con las nubes, y todo ojo lo verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. 
  • Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. 
  • Oh mi Cristo, Tú eres el Señor de la eterna Jerusalén;
  • majestuosa ciudad con calles de oro, y gloriosa morada del que obedeciere el Evangelio. 

  • Oh Soberano Redentor, 
  • a las hordas de escarnecedores, no les fue espiritualmente audible tu santísimo perdón. 
  • Y es que, el derramamiento de tu preciosa sangre en la cruz del Calvario fue de tan excelso amor, 
  • que únicamente por gracia las almas escogidas serán de salvación.

  • Oh Santo de Israel,
  • de tu epifanía dio cumplida cuenta el Antiguo Testamento, diciendo: Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
  • Porque Tú, oh Rey de reyes, eres el autor y consumador de la fe. 
  • Y por el nuevo pacto de la gracia, tus hijos morarán en la gloriosa eternidad. 

  • Oh Sumo Alfarero, 
  • en tu perfecta creación no dejaste nada al azar.
  • Y será en el día postrero, 
  • cuando a toda alma que creyó en tu santo nombre, el galardón del paraíso celestial habrás de dar.

  • Oh Altísimo Señor y Salvador Jesucristo, 
  • en el arrebatamiento de tu amada Iglesia anhelamos estar.
  • Porque recibimos la unción del Santo Espíritu, 
  • para postrados a tus gloriosos pies, poderte sin tiempo adorar.
  •                    Paz de Cristo 

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