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lunes, 31 de enero de 2022

ÁVIDA DEL PECADO ESTÁ LA HUMANIDAD, OH CRISTO

  • La Biblia dice: Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crie hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. 
  • El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mí pueblo no tiene conocimiento. 
  • Oh mi Cristo, Tú eres el principio y el fin,
  • Tú eres el Fundamento. 

  • La Biblia enfatiza: ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. 
  • ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente.
  • Oh Sumo Hacedor, con la espada que es el Espíritu de la Sagrada Palabra a toda la humanidad juzgarás.
  • Y nadie podrá burlar el fiel de la justa balanza del Señor Omnipotente. 

  • La Biblia constata: Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. 
  • Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños.
  • Oh Hijo del Hombre, en tu ministerio público, señales prodigiosas e incontables milagros hiciste;
  • pero por su falta de fe, recriminaste a tus discípulos; que no cejaron en su incredulidad, hasta palpar tu sagrada llaga con sus insolentes manos.

  • Jesús, enfatiza: Yo conozco tus obras, que ni eres frio ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!
  • Pero por cuanto eres tibio, y no frio ni caliente, te vomitaré de mi boca.
  • Oh Alfa y Omega, de la mañana eres la estrella resplandeciente;
  • sin embargo, la opacidad del corazón humano no ve tu luz majestuosa.

  • Jesús, asevera: Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. 
  • Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
  • Oh gran Yo Soy, por ser muy celoso de tu gloria, no pasará nada inmundo.
  • Y únicamente galardonarás a los santos con coronas excelsas.
  •                   Paz de Cristo 

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