- Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír; y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras de Jehová de los ejércitos por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.
- Y aconteció que así como él clamó, y no escucharon, también ellos clamaron, y yo no escuché, dice Jehová de los ejércitos; sino que los esparcí con torbellino por todas las naciones que ellos ni conocían, y la tierra fue desolada tras ellos, sin quedar quien fuese ni viniese; pues convirtieron en desierto la tierra deseable.
- Oh mi Cristo, no vieron resplandecer tu gloria sobre sus corazones decrépitos,
- y optaron por la inmundicia abominable.
- La Biblia dice: Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido que buscara a Dios.
- Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
- Oh Alto y Sublime, todos se precipitaron por el abismo de los desamparados;
- lo que corrobora la séptica mente del fatuo.
- La Biblia enseña: ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás.
- ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente.
- Oh Altísimo Señor Jesucristo, la perversión de su alma raerás;
- y los que arrostren tu santísima verdad, será el genuino remanente.
- La Biblia constata: Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.
- Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
- Oh Santo de Israel, al que te pidió sabiduría de lo alto, se la has dado en abundancia.
- Tú, oh Señor, siempre nos sustentaste con tus sagrados mimbres; para que por la revelación de tu glorioso nombre, nuestra alma fuere salva.
- Jesús, enseña: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
- Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
- Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, en tu Sagrada Palabra están los eternos propósitos.
- Y en perfeccionar nuestras almas, obra tu bíblico mandamiento.
- Paz de Cristo
martes, 11 de enero de 2022
ZACARÍAS 7:11-14 EN CRISTO
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