QUÉ TU MAJESTUOSA LUZ RESPLANDEZCA EN MI ESPÍRITU, OH CRISTO

• La Biblia enseña: Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. 
• Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados. 
• Oh mi Cristo, para los que creen únicamente en tu santo nombre, derramas sobrenaturales bendiciones;
• y con la sabiduría de eternidad, das salvación a tus siervos bienaventurados. 
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• La Biblia dice: Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad) comprobando lo que es agradable al Señor. 
• Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es hablar de lo que ellos hacen en secreto. 
• Y es que, de todo conocimiento excede tu excelso amor, 
• oh Fiel y Verdadero. 
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• La Biblia enfatiza: Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. 
• Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo. 
• Oh Santo de Israel, porque Tú te acuerdas de que somos polvo; 
• no apartes de tus genuinos siervos tu Santo Espíritu. 
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• La Biblia constata: Por lo demás, hermanos míos, fortalecerse en el Señor, y en el poder de su fuerza.
• Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
• Oh Rey de reyes, tu magnificente diestra, 
• nos blindará con la bendición de lo alto.
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• Jesús, asevera: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
• Ni a mí me conocéis, ni a mí Padre: si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais. 
• Y ésta es la doctrina de Unicidad que por gracia os ha sido revelada;
• para que en un solo Dios creáis. 
•                 Paz de Cristo