- Jesús, dijo: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
- Oh mi Cristo, solo en ti confiamos.
- Muchos son los que caen en la ignominia del espíritu moribundo;
- pero Tú, oh Señor, has dado el conocimiento del Evangelio de la gracia, para que sea predicado por tus genuinos heraldos.
- Jesús, constata: He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra.
- Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.
- Oh Rey de reyes, hasta lo último de la tierra,
- tus bíblicos versículos con celo máximo han de exhortarse.
- Jesús, enseña: Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos.
- Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
- Oh Hijo del Hombre, de tu santuario somos siervos,
- y sin desmayo luchamos para evangelizar a los espíritus sépticos.
- Jesús, enfatiza: Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que ne diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.
- Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.
- Oh Altísimo Jesucristo, nuestra vida ofrendamos por tu santo nombre;
- y es esta la genuina primicia, por ser tus verdaderos hijos.
- Jesús asevera: Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
- No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
- No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
- Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
- Oh Sumo Alfarero, en tu rueda moldeaste con inusitada perfección al ser humano, que posteriormente se hizo inmundo;
- y tendrá que proceder al santo arrepentimiento, para poder traspasar el umbral celestial.
- Pero en el día postrero, oh Señor, ya no tendrás conmiseración por la iniquidad del ser nauseabundo;
- por haberse alineado, con la vergüenza y confusión a perpetua eternidad.
- Paz de Cristo
martes, 2 de agosto de 2022
EL MUNDO SIEMPRE DA LA APROBACIÓN AL MALIGNO, OH CRISTO
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