- Levántate, oh Jehová Dios, alza tu mano; no te olvides de los pobres.
- ¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás.
- Oh mi Cristo, desde el círculo de la tierra ves las impudicias de los hombres;
- pero los más inicuos se jactan, de que jamás los descubrirás.
- La Biblia dice: Tú los has visto; porque miras el trabajo y la vejación, para dar la recompensa con tu mano; a ti se acoge el desvalido; tú eres el amparo del huérfano.
- Quebranta tú el brazo del inicuo, y persigue la maldad del malo hasta que no halles ninguna.
- Oh Santo de Israel, guardanos en tu excelsa mano,
- para que únicamente por tu gloriosa voluntad, el universo se enseñoree y por sus benditos fundamentos fluya.
- Jehová es Rey eternamente y para siempre; de su tierra han perecido las naciones.
- El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento su oído, para juzgar al huérfano y al oprimido, a fin de que no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra.
- Oh Rey de reyes,
- si tu visitación hubiera tenido lugar en el cetro del universo, irremisiblemente guadaríamos con sus infinitos límites una ignota equidistancia.
- Oh Alto y Sublime,
- sustentados somos por tu poder celestial.
- Y por lo recibido de gracia, nuestro espíritu se conmueve;
- para reconocer, oh Señor, que por la fortaleza de tu gloria, somos inexpugnables frente al mal.
- Oh Hijo del Hombre,
- en tu ministerio público a los más humildes heraldos nos has revestido de pulcra transparencia.
- Y es que, a los que testificamos en tu majestuoso nombre,
- nos has provisto de celestial excelencia.
- Paz de Cristo
miércoles, 3 de agosto de 2022
SALMO 10:12,13 EN CRISTO
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