- Oh mi Cristo,
- no me lastrará la pasividad ante la asechanza del maligno.
- Vivificaré mi espíritu, alma y cuerpo en el Santo Espíritu,
- para ser un cristiano digno.
- Oh Cristo Redentor,
- se desgarra mi interior ante tu inmolación voluntaria en la cruz del Calvario.
- Y por la pureza de tu amor,
- rendido estoy a tus pies, oh Cordero inmolado.
- Oh Altísimo,
- la in solemnidad en la predicación bíblica se acentúa, cuando los hechos confirman su ociosa distorsión.
- Y únicamente cabe el arrepentimiento en el Lugar Santísimo,
- con el corazón contrito, e inusitada humillación.
- Oh Hijo del Hombre,
- trivializar tu excelsa gloria, es el letal camino del impostor.
- Y es que, el que llama a lo dulce amargo, y a lo amargo dulce,
- está sumido en el obsceno abismo del desamor.
- Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo,
- de la predicación del Evangelio de la gracia, han de testificar en tu santo nombre los hechos.
- Y solo guiados por la verdad del Santo Espíritu,
- serán de gloriosa bendición tus irreprensibles siervos.
- Paz de Cristo
domingo, 21 de agosto de 2022
RENOVAD CADA DÍA VUESTRO ESPÍRITU EN CRISTO
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