- Oh mi Cristo,
- la impúdica obscenidad lastra la precaria firmeza del que se cree un virtuoso cristiano.
- Y es que, la única verdad se consuma en la preciosa medida del Santo Espíritu,
- por ser diametralmente opuesta a lo profano.
- Oh Hijo del Hombre,
- Tú te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz.
- Y por amor de tu santo nombre,
- redimiste a la impía humanidad, para que fueran hijos de luz.
- Oh Santo de Israel,
- nunca hubo pecado en tu boca, ni en tu pensamiento.
- Y por ser el autor y consumador de la fe;
- hemos de predicar el Evangelio de la gracia, y resistir hasta la sangre en su primordial cumplimiento.
- Oh Omnipotente Señor Jesucristo,
- Tu eres el Alto y Sublime que habita la eternidad.
- Y para ser tu perfecto hijo,
- he de estar siempre revestido de la Cristocentrica verdad.
- Oh Cristo Altísimo,
- la perniciosa e inopinada asechanza del diablo nos genera un sinnúmero de dudas.
- Y ante el oprobio de estos casos, existe la primorosa gloria celestial que es entrar en el Lugar Santísimo;
- y postrados a los pies del Rey de reyes y Señor de señores, con el corazón contrito y humillado, rendirnos a sus benditas y gloriosas heridas.
- Paz de Cristo
jueves, 11 de agosto de 2022
LOS PROBOS CRISTIANOS HAN DE RESISTIR AL DIABLO PARA AGRADARTE, OH CRISTO
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