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jueves, 18 de agosto de 2022

NO MENDIGUES MÁS LAS MIGAJAS DEL DIABLO; SÉ VALIENTE Y LUCHA POR EL PAN DE GLORIA QUE ES CRISTO

  • Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
  • Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.
  • Oh mi Cristo, sabemos con absoluta certeza, que Tú con amor eterno nos amarás;
  • porque en las moradas del glorioso paraíso, a los que somos tus verdaderos heraldos,  para siempre con las bendiciones celestiales, oh Rey de la gloria, nos con cerniréis.

  • Jesús, enseña: Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.
  • Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
  • Y ésta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. 
  • Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
  • Oh Alfa y Omega, 
  • eterno es el sobrenatural designio del que nos creó.
  • Y en el misterio del excelso cielo,
  • estará guardado el que loa y exalta el poder Cristocéntrico. 

  • Jesús, constata: Yo soy el pan de vida.
  • Vuestros padres comieron el maná del desierto, y murieron.
  • Éste es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 
  • Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. 
  • Oh Altísimo Señor Jesucristo, de tu gracia,
  • daremos gracia a los que en el abismo cayeron.
  • Y es que, todo el que tu Sagrada Palabra recibiera,
  • limpia será su alma del execrable espíritu moribundo.

  • Jesús, enfatiza: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 
  • El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 
  • Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
  • El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.
  • Hacedores hemos de ser de tus bíblicos preceptos, 
  • oh Fiel y Verdadero. 
  • Y estamos asidos, oh Señor, a tu santísima vida,
  • por fe y para fe.

  • Jesús, asevera: Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. 
  • Éste es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de éste pan, vivirá eternamente.
  • Oh Omnipotente Señor y Salvador Jesucristo, Tú eres el primero y el último, el principio y el fin;
  • y los que nos gloriamos en tu majestuoso nombre, viviremos confiada y piadosamente. 
  •                  Paz de Cristo 

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