NO HAY JUSTICIA, SINO EN CRISTO

• Jesús dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. 
• Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 
• Oh mi Cristo, tu obra perfecta en la cruz del Calvario, era y es un mensaje encriptado para los viles pecadores;
• porque ¿cómo podía tener comprensión del paraíso eterno su mente infame?
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• Jesús, enseña: Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 
• Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
• Oh Altísimo, Tú viniste a deshacer las obras del diablo. Y ninguna cosa inmunda, en el alma del que invocare tu santo nombre, le dañará;
• porque a tus santísimos pies, sin tiempo siempre se quebranta. 
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• Jesús, enfatiza: Porque el Hijo del Hombre, vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. 
• De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.
• Oh Rey de reyes, como saetas se clavan en el corazón tus verdades eternas;
• porque todo lo puede tu sobrenatural firmamento.
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• Oh Alfa y Omega, 
• nadie puede dar alcance a tu pensamiento eterno.
• Pero si está en tu disposición escudriñar la Palabra Sagrada, 
• podrás creer en la gloriosa salvación del providencial reino.
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• Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, momentos antes de elevarte a los cielos, les dijiste: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 
• El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
• Y estás señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
• Oh Santo de Israel, únicamente tuya es la gloria pura.
• Y la tienes reservada para el que tenga la hermosa dicha de ser tu siervo bienaventurado;
• porque tus prodigiosas manos a la eterna morada lo arrebatarán.
•                  Paz de Cristo