- Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
- Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
- Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
- Yo y el Padre uno somos.
- Oh mi Cristo,
- el verdadero regocijo es en tu santo nombre; porque en la gracia recibida está concernido el que por fe se ha consagrado.
- La bendición gloriosa únicamente del cielo parte;
- y es que, por las señales y milagros Cristocéntricos siempre fuimos guiados.
- Jesús, enseña: Si me amáis guardad mis mandamientos.
- Y yo rogaré al Padre, y os dará otro consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará con vosotros.
- Oh Cristo Jesús, de Sion vendrán los espirituales vientos,
- que nos anunciarán los conocimientos sobrenaturales más prodigiosos.
- Jesús, constata: No os dejaré huerfanos; vendré a vosotros.
- Todavía un poco, y el mudo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.
- En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
- El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
- Oh Alto y Sublime, de tu presencia testificamos tus genuinos siervos;
- y a todos los que se os ha sido revelado su glorioso nombre, también lo percibiréis.
- Nada os será ajeno de los sobrenaturales eventos,
- si los veis con los ojos de la fe.
- Jesús, incide: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
- El que no me ama, no guardará mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.
- Os he dicho estas cosas estando con vosotros.
- Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
- Oh Santo de Israel,
- desde antes de la fundación del mundo, nuestro corazón a tus majestuosos pies se postró.
- Y esta adoración quitará toda tribulación de tus auténticos siervos;
- por cuanto la carne fue sepultada en el bautismo.
- Jesús, enfatiza: La paz os dejó, mi paz os doy; yo nos os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
- Habéis oído que yo os he dicho: Voy y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy a Padre; porque el Padre mayor es que yo.
- Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda creáis.
- No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.
- Oh Sumo Alfarero,
- en tu rueda, al que ha querido ser tu hijo lo has hecho de nuevo.
- Y seguirá con denuedo, oh Señor, tus huellas santísimas e inmarcesibles,
- hasta el día del fin.
- Paz de Cristo
jueves, 11 de agosto de 2022
SÉ UNO EN CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario