- Oh mi Cristo,
- no existe referente en el mundo que pueda suplir la pureza de tu gloria.
- Y es en cada versículo del Sagrado Escrito,
- donde se nos da el excelso conocimiento de la eterna victoria.
- Oh Cristo Jesús,
- nada se sustenta fuera de la revelación de tu majestuoso nombre.
- Y es que, el que nos sacó de las entenebrecidas tinieblas y nos llevó a su admirable luz,
- es indubitablemente el Hijo del Hombre.
- Oh Santo de Israel,
- vivir en tu regazo es el mayor remanso de paz.
- Y porque nos regocijamos en el autor y consumador de la fe;
- en nuestro exultante corazón, resplandece la única y santísima verdad.
- Jesús, dijo: No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto.
- Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas.
- El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.
- Oh Alto y Sublime, el ser fatuo a lo ancestralmente abominable esta sujeto;
- y a un sinnúmero de dudas,
- su atribulado corazón le aboca.
- Jesús, enseña: No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
- Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
- Oh Fiel y Verdadero, los que lejos de gloriarse en tu santo nombre, hacen de él escarnio y con altivez se jactan;
- discurren por un abismal camino de muerte, que es el de su propia y execrable condenación.
- Paz de Cristo
viernes, 19 de agosto de 2022
EL TESORO DE MI CORAZÓN ERES TÚ, OH CRISTO
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