- Mas Jesús, llamándolos dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.
- De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
- Oh mi Cristo, el ser humano desde antes de su nacimiento, y hasta después de su muerte depende absolutamente de ti; al margen del conocimiento de los benditos cielos.
- Porque al niño no le es necesario teológicos conocimientos, sino que en él de forma exponencial se manifiesta la inocencia, y de su naturaleza emana la más profunda e inconmensurable fe.
- Jesús, enseña: Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
- Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
- Oh Cristo Jesús, Tú eres el principio y el fin.
- Y únicamente por la fe en tus sobrenaturales milagros; vemos espiritualmente lo que el mundo no puede ver.
- Jesús, constata: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
- Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
- Oh Cristo Altísimo, el siervo que tiene un ferviente celo por tu adoración, es el que está sustentado por tus preceptos eternos;
- y sus sentidos, oh Eterno, en extrema vigilia los preserva consagrados.
- Paz de Cristo
miércoles, 10 de agosto de 2022
LUCAS 18:16,17 EN CRISTO
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