- Oh mi Cristo,
- Tú nos preservas de toda ignominiosa trampa.
- Y es en el Antiguo y Nuevo Testamento,
- donde nos das el conocimiento de la Sagrada Palabra.
- Oh Hijo de Hombre,
- Tú has sido el que ha provisto a la humanidad de su eterna salvación.
- Pero será salvo el que ha creído en tu santo nombre;
- por haberte amado, oh Señor, de todo su corazón.
- Oh Cristo Altísimo,
- por tu senda de santidad, seguí tus sagradas huellas.
- Y es en el Lugar Santísimo,
- donde nos postramos a tus gloriosos pies con las rodillas genuflexas.
- Oh Cristo Jesús,
- por nuestra visión de extrema opacidad, perdemos durante un espacio de tiempo el norte.
- Y perplejos observamos, que no vamos por el camino de luz,
- sino por el que nos aboca a la sórdida muerte.
- Oh Cristo Redentor,
- de tu preciosa sangre derramada en la cruz del Calvario, nos diste gracia.
- Y es por tu majestuoso amor,
- oh Rey de la gloria, que el proveniente viento de Sion nos envuelve con sus inmarcesibles loas de excelencia.
- Paz de Cristo
domingo, 7 de agosto de 2022
EN EL MALIGNO ENCONTRARÁS LA MUERTE; LA VIDA ESTÁ EN CRISTO
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