- Oh mi Cristo,
- es en lo espiritual de lo espiritual donde se manifiesta la unción.
- Y lo que se solapa en el maligno,
- glosa su séptica maldición.
- Oh Cristo Redentor,
- el brillar de los clavos que traspasaron tus pies y tus manos,
- reflejaban en la cruz del Calvario tu excelso amor,
- por las hordas de viles despiadados.
- Oh Cristo Altísimo,
- los que son propios de tu sagrado linaje, tiene un sello de santidad.
- Y quebrantados se postran en el Lugar Santísimo,
- para predicar y ser hacedores de la única y eterna verdad.
- Oh Sumo Alfarero,
- los vasos infames que te escarnecieron y vituperaron en la sobrenatural rueda, es verbigracia de donde Tú quisiste hacer de ellos un nuevo nacimiento.
- Y tendrán que precisar en el día postrero,
- si ha lugar, oh Señor, el daño que te infligieron en la cruz, cuando abominaron de tu glorioso nombre el día del ajusticiamiento.
- Oh Cristo Jesús,
- ante la incredulidad manifiesta el día de tu resurrección; no daban señales de vivificante espiritualidad tus escogidos discípulos.
- Y se lo recriminaste, al punto de tener que palpar tu sagrada llaga, para que volvieran en sí como hijos de luz.
- Y creaste la gran comisión, para que dieran a conocer el Evangelio de la gracia. Y el que no crea será condenado; y el que crea, oh Rey de la gloria, por tu inmensa misericordia será de salvación en los santísimos cielos.
- Paz de Cristo
domingo, 28 de agosto de 2022
LA UNCIÓN CELESTIAL NO OBRA EN LA IMPOSTURA DEL CORAZÓN, OH CRISTO
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