- Oh mi Cristo,
- Tú, oh Rey de la gloria, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz,
- para quitar el pecado del mundo, como el más genuino siervo.
- Y llevar a toda la humanidad, oh Altísimo, de las tinieblas a tu admirable luz.
- Oh Sumo Hacedor,
- nadie había en la tierra, que pudiera redimir al ser humano.
- Y fuiste Tú, oh Santo, el que en la cruz del Calvario, por tu excelso amor,
- redimiste y justificaste al pecador nefando.
- Oh Rey de reyes,
- Tú eres Dios manifestado en carne.
- Y por tus misericordias y favores,
- nos has limpiado toda inmundicia, con el derramamiento de tu preciosa sangre.
- Oh Santo de Israel,
- tus innumerables milagros fueron manifiestos en tu ministerio público.
- Y sanaste a todo enfermo, que en tu majestuoso nombre tuvo fe;
- para que fuera desde la eternidad, y hasta la eternidad, oh Señor, tu excelsa gloria el poder único.
- Oh Cristo Jesús,
- Tú nos has dado,
- una porción minúscula de tu inaccesible luz;
- para que el que persevere hasta el fin, traspase el umbral del bienaventurado.
- Paz de Cristo
lunes, 29 de agosto de 2022
SIRVE CON ADORACIÓN EN CRISTO
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