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jueves, 28 de abril de 2022

1 CORINTIOS 2:3-6 EN CRISTO

  • Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombre, sino en el poder de Dios. 
  • Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo que perecen.
  • Oh mi Cristo, en tu majestuoso nombre hemos sido perfeccionados, 
  • para que dando un paso adelante, seamos los que al enemigo doblegen.

  • La Biblia dice: Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este mundo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.
  • Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.
  • Oh Cristo Altísimo, Tú  darás la eterna victoria,
  • a todos los siervos que con el corazón contrito y humillado te adoran.

  • La Biblia enseña: Pero Dios nos la reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 
  • Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 
  • Oh Sumo Hacedor, de tus hijos consagrados;
  • todos por tu santo nombre fueron engendrados.

  • La Biblia constata: Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas con sabiduría humana, sino con la que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. 
  • Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
  • Y es que, oh Santo de Israel, bajaste del santuario celestial, 
  • y en carne te manifestaste.

  • La Biblia enfatiza: En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. 
  • Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Más nosotros tenemos la mente de Cristo. 
  • Oh gran Yo Soy, ¿de tu prodigiosa creación quién sabe?
  • Solo la conoce pormenorizadamente tu Santo Espíritu. 
  •                  Paz de Cristo 

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