- Jesús, dijo: Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
- ¿A quién, en su ignorancia, se le ocurrió decir, que traspasar el umbral de la gloria iba a ser fácil?
- Oh mi Cristo, únicamente los siervos que a sí mismo se niega,
- podrán revertir lo estéril en espiritualmente fértil.
- Jesús, enseña: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
- Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?
- Oh Sumo Creador, guardados en tu regazo hemos sobrevivido.
- Y todos los que somos pobres en espíritu, dependemos absolutamente de ti; porque sabemos, oh Señor, que nos sustentará siempre tu Espíritu, y que nada haremos por nuestras propias fuerzas.
- Jesús, constata: ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
- Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, como crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria sé vistió así como uno de ellos.
- Oh Fiel y Verdadero,
- de tu excelsa gracia, ante toda vicisitud nos revestiremos.
- Jesús, enfatiza: Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
- No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
- Oh Santo de Israel,
- tu majestuosa diestra nos da protección, y en ella nos gloriaremos.
- Jesús, asevera: Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
- Más buscad primeramente, el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
- Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal.
- Oh Soberano Señor Jesucristo, Tú no nos has dado la vida, para que nuestras almas estén ociosas, sino para que sean bendecidas,
- en el reino terrenal y celestial.
- Paz de Cristo
viernes, 8 de abril de 2022
DE LO ANCHO A LO ANGOSTO EN CRISTO
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