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jueves, 21 de abril de 2022

SALMO 78:25-27 EN CRISTO

  • Pan de nobles comió el hombre; les envió comida hasta saciarles. 
  • Y movió el solano en el cielo, y trajo con su poder el viento sur, e hizo llover sobre ellos carne como polvo, como arena del mar, aves que vuelan.
  • Las hizo caer en medio del campamento, alrededor de sus tiendas.
  • Oh mi Cristo, Tú les diste solución, a todo lo que en su mente eran cosas irrenunciables;
  • pero su veleidad no guardaba relación con los que se consuelan;
  • porque lo que no entendieron en su precariedad, es que Tú, oh Señor, gloria les dabas.

  • La Biblia dice: Comieron y se saciaron; les cumplió, pues, su deseo.
  • No habían quitado de sí su anhelo, aún estaba la comida en su boca, cuando vino sobre ellos el furor de Dios, e hizo morir a los más robustos de ellos, y derribó a los escogidos de Israel. 
  • Oh Alto y Sublime, hicieron desdén de tu desvelo;
  • y desdeñaron tan grandiosa provisión, la del autor y consumador de la fe.

  • La Biblia constata: Con todo esto, pecaron aún, y no dieron crédito a sus maravillas. 
  • Por tanto, consumió sus días en vanidad, y sus años en tribulación. 
  • Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios; entones se volvían solícitos en busca suya, y se acordaban de que Dios era su refugio, y el Dios Altísimo su Redentor. 
  • Oh Santo de Israel, el que hizo que sus ropas no envejecieran, Tú eras.
  • Y es que, sobre tu pueblo elegido, derramaste una inconmensurable bendición, 
  • y la sobrenatural excelencia de tu amor.

  • La Biblia enseña: Pero le lisonjeaban con su lengua, y con su lengua le mentían; pues sus corazones no era rectos con él, ni estuvieron firmes en su pacto.
  • Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía; y apartó muchas veces su ira, y no despertó todo su enojo.
  • Se acordó de que eran carne, soplo que va y no vuelve.
  • Oh Sumo Hacedor, en su corazón no hubo quebranto;
  • ni ningún remordimiento,
  • les redarguye.

  • La Biblia enfatiza: ¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, lo enojaron en el yermo!
  • Y volvían, y tentaban a Dios, y provocaban al Santo de Israel. 
  • No se acordaron de su mano, del día que los redimió de la angustia; cuando puso en Egipto sus señales, y sus maravillas en Zoán; y volvió sus ríos en sangre, y sus corrientes, para que no bebiesen. 
  • Oh Rey de reyes, Tú eres el Eterno, 
  • Tú siempre nos serás fiel;
  • pero no tienes otro anhelo mayor; que los que den gloria a tu majestuoso nombre, fueren siervos piadosos que negándose a sí mismos te obedeciesen.
  •                      Paz de Cristo            

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