- Oh mi Cristo,
- Tú te inmolaste en la cruz del Calvario, para darme salvación.
- Y hasta el final te serviré con quebrantamiento de espíritu,
- para que me concedas, oh Señor, tu majestuoso perdón.
- Oh Hijo del Hombre,
- he dado en mi vida el más grandioso paso.
- Y porque he creído en tu santo nombre;
- siempre te daré toda la gloria, no rindiéndome ante el fracaso.
- Oh Cristo Jesús,
- ningún yermo desierto me arredrará; y anhelo ser un piadoso heraldo, que sin desmayo asuma tu sagrado propósito.
- Y es que, en tu inaccesible luz,
- es donde resplandece la verdad del Santo Espíritu.
- Oh Soberano Redentor,
- en tu muerte, y muerte de cruz en el Calvario, transformaste la faz universal.
- Nadie dio al ser humano tanto amor,
- para su salvación celestial.
- Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo,
- te loará en santidad mi corazón, más allá de la muerte.
- Y por la gracia de su Santo Espíritu,
- viviré eternamente.
- Paz de Cristo
viernes, 15 de abril de 2022
EL SIERVO APROBADO, NO SE CUESTIONA NADA EN CRISTO
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