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domingo, 24 de abril de 2022

TODOS LOS CABOS HE DE ATAR, EN TU ADORACIÓN, OH CRISTO

  • Oh mi Cristo, 
  • siempre se nos quedan cabos sueltos.
  • Y es en la gracia del Espíritu, 
  • donde podremos inequívocamente atarlos.

  • La Biblia dice: Por tanto, teniendo un gran Sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. 
  • Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
  • Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. 
  • Oh Soberano Señor Jesucristo, Tú conoces nuestro corazón;
  • sabes que en su imprudencia es obstinado,
  • y no revestirá de la sabiduría de lo alto, su fatuo yerro.

  • La Biblia dice: Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.
  • Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de la Palabra de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimentos sólidos. 
  • Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
  • Oh Santo de Israel, Tú eres el principio y el fin.
  • Y nada descubriremos en los ídolos, 
  • que nos pueda llevar al paraíso celestial.

  • La Biblia enseña: Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.
  • Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite.
  • Oh Rey de Reyes, de tu siervo escogido, es la prerrogativa de abrir la puerta del cielo;
  • siempre y cuando, al Santo Espíritu no contriste.
  •  
  • La Biblia incide: Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndolo a vituperio.
  • Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada.
  • Oh Alto y Sublime, bendecidos ya fuimos por tu santo ministerio;
  • pero ahora nos acucia el quebrantamiento de espíritu, para que por la piedad del Señor, sea nuestra iniquidad olvidada.

  • La Biblia constata: Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadido de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así. 
  • Porque Dios no es injusto para olvidar nuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. 
  • Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas. 
  • Oh Cristo Redentor, a tu cruz he de ser afín;
  • porque tu omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia son el sumun, 
  • y tus manifestaciones de gloria son excelsas. 
  •                  Paz de Cristo 

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