- Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.
- Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios.
- Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?
- Oh mi Cristo, a tus pies, aún más he de quebrantarme,
- para ser de los probos hijos consagrados,
- que a toda vil inmundicia renunciará.
- La Biblia enseña: Así dice Jehová, Redentor vuestro, el Santo de Israel: Por vosotros envié a Babilonia, e hice descender como fugitivos a todos ellos, aun a los caldeos en las naves de que se gloriaban.
- Yo Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey.
- Así dice Jehová, el que abre camino en el mar, y sendas en las aguas impetuosas; el que saca carro y caballo, ejército y fuerza; caen juntamente para no levantarse; fenecen, como pábilo quedan apagados.
- Oh Alto y Sublime, a los incrédulos que tu rostro no buscaban;
- entre tinieblas se conformó su devenir,
- para ser a su suerte abandonados.
- La Biblia constata: No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.
- He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abrirá camino en el desierto, y ríos en la soledad.
- Oh Santo de Israel, tu Sagrada Palabra es el refugio de nuestras almas;
- y el conocimiento de la santísima verdad.
- La Biblia enfatiza: Las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos del avestruz; porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido.
- Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicarán.
- Y no me invitaste a mí, oh Jacob, sino que de mí te cansaste, oh Israel.
- Oh Sumo Hacedor, a tu majestuoso nombre me he asido.
- Y mi alma no perecerá;
- porque Tú, oh Señor, siempre me has sido fiel.
- La Biblia incide: No me trajiste a mí los animales de tus holocaustos, ni a mí me honraste con tus sacrificios; ni te hice servir con ofrenda, ni te hice fatigar con incienso.
- No compraste para mí caña aromática por dinero, no me saciaste con la grosura de tus sacrificios, sino pusiste sobre mi la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades.
- Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.
- Oh Fiel y Verdadero,
- ante tus favores y misericordias, tropezadero fuimos con el arbitrio de nuestras sépticas vanidades;
- pero por tu gracia, oh Rey de la gloria, hemos sido santificados.
- La Biblia glosa: Hazme recordar, entremos en juicio juntamente; habla tú para justificarte.
- Tu primer padre pecó, y tus enseñadores prevaricaron contra mí.
- Por tanto, yo profané los príncipes del santuario, y puse por anatema a Jacob y por oprobio a Israel.
- Oh gran Yo Soy, el anhelo de mi corazón es glorificarte.
- Sin tu presencia, oh Altísimo Señor Jesucristo, entenebrecido será nuestro fin;
- y darás el galardón celestial, al incorruptible siervo que tu santa faz pudiere ver.
- Paz de Cristo
domingo, 17 de abril de 2022
ISAÍAS 43:11-13 EN CRISTO
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