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lunes, 25 de abril de 2022

SALMO 18:1,2 EN CRISTO

  • Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.
  • Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en el confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
  • Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos.
  • Oh mi Cristo, tu bendita gloria es mi perfecta guía;
  • del viento de Sion son las alas espirituales que me elevan al cielo regio,
  • para morar con tus santos hijos.

  • La Biblia dice: Me rodearon ligaduras de muerte, y torrentes de perversidad me atemorizaron.
  • Ligaduras del Seol me rodearon, me tendieron lazos de muerte. 
  • Oh Alto y Sublime, los que invocamos tu santo nombre, los cielos nos libertaron.
  • Porque el que anhela ser salvo, oh Señor, con todo su corazón pudo amarte.

  • La Biblia enseña: En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios. Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
  • La tierra fue conmovida y tembló; se conmovieron los cimientos de los montes, y se estremecieron, porque se indignó él. 
  • Humo subió de su nariz, y de su boca fuego consumidor; carbones fueron por él encendidos.
  • Oh Altísimo Señor Jesucristo, solo te seguimos tus siervos genuinos;
  • porque ante ninguna barrera se interpondrá nuestra fe.
  • E inexorables en la victoria; por ti, oh gran Rey, hemos sido eternamente bendecidos.

  • La Biblia enfatiza: Inclinó los cielos, y descendió; y había densas tinieblas debajo de sus pies.
  • Cabalgó sobre un querubín, y voló; voló sobre las alas del viento.
  • Puso tinieblas por su escondedero, por cortina suya alrededor de sí; oscuridad de aguas, nubes de los cielos.
  • Oh Santo de Israel, a tus verdaderos adoradores, 
  • no nos atemorizará el despiadado tormento;
  • porque en todas nuestras pruebas, hemos dado cabida, oh Rey de la gloria, a tus santos padecimientos.

  • La Biblia asevera: Por el resplandor de su presencia, sus nubes pasaron; granizo y carbones ardientes.
  • Tronó en los cielos Jehová, y el Altísimo dio su voz; granizo y carbones de fuego.
  • Envió sus saetas, y los dispersó; lanzó relámpagos, y los destruyó. 
  • Entonces aparecieron los abismos de las aguas, y quedaron al descubierto los cimientos del mundo, a tu reprensión, oh Jehová, por el soplo del aliento de tu nariz. 
  • Oh Rey de reyes y Señor de señores, 
  • Tú eres el Soberano del universo,
  • y ante el sublime control de tu excelsa diestra, toda la creación se rindió;
  • porque Tú eres, oh gran Yo Soy, el primero y el último, el principio y el fin. 
  •                    Paz de Cristo                

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