- Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.
- Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en el confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
- Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos.
- Oh mi Cristo, tu bendita gloria es mi perfecta guía;
- del viento de Sion son las alas espirituales que me elevan al cielo regio,
- para morar con tus santos hijos.
- La Biblia dice: Me rodearon ligaduras de muerte, y torrentes de perversidad me atemorizaron.
- Ligaduras del Seol me rodearon, me tendieron lazos de muerte.
- Oh Alto y Sublime, los que invocamos tu santo nombre, los cielos nos libertaron.
- Porque el que anhela ser salvo, oh Señor, con todo su corazón pudo amarte.
- La Biblia enseña: En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios. Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
- La tierra fue conmovida y tembló; se conmovieron los cimientos de los montes, y se estremecieron, porque se indignó él.
- Humo subió de su nariz, y de su boca fuego consumidor; carbones fueron por él encendidos.
- Oh Altísimo Señor Jesucristo, solo te seguimos tus siervos genuinos;
- porque ante ninguna barrera se interpondrá nuestra fe.
- E inexorables en la victoria; por ti, oh gran Rey, hemos sido eternamente bendecidos.
- La Biblia enfatiza: Inclinó los cielos, y descendió; y había densas tinieblas debajo de sus pies.
- Cabalgó sobre un querubín, y voló; voló sobre las alas del viento.
- Puso tinieblas por su escondedero, por cortina suya alrededor de sí; oscuridad de aguas, nubes de los cielos.
- Oh Santo de Israel, a tus verdaderos adoradores,
- no nos atemorizará el despiadado tormento;
- porque en todas nuestras pruebas, hemos dado cabida, oh Rey de la gloria, a tus santos padecimientos.
- La Biblia asevera: Por el resplandor de su presencia, sus nubes pasaron; granizo y carbones ardientes.
- Tronó en los cielos Jehová, y el Altísimo dio su voz; granizo y carbones de fuego.
- Envió sus saetas, y los dispersó; lanzó relámpagos, y los destruyó.
- Entonces aparecieron los abismos de las aguas, y quedaron al descubierto los cimientos del mundo, a tu reprensión, oh Jehová, por el soplo del aliento de tu nariz.
- Oh Rey de reyes y Señor de señores,
- Tú eres el Soberano del universo,
- y ante el sublime control de tu excelsa diestra, toda la creación se rindió;
- porque Tú eres, oh gran Yo Soy, el primero y el último, el principio y el fin.
- Paz de Cristo
lunes, 25 de abril de 2022
SALMO 18:1,2 EN CRISTO
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